El cursillo te permite descubrir una nueva perspectiva para ver la vida, una perspectiva iluminada por la fe y la luz de Cristo.
La vida y lo que te rodea no habrá cambiado, pero sí tu corazón cuando abrazas el amor de Dios y lo haces tuyo. Entonces las situaciones se ven de forma diferente, se entra en una nueva vida que vale la pena vivirla.