El pasado 21 de septiembre celebramos, en el Monasterio de la Purísima, San José y la Beata Inés de Benigànim (Valencia), la convivencia de inicio de curso de la Escuela de Dirigentes del MCC de la Diócesis de Valencia. Como de costumbre, la jornada comenzó con la acogida a los asistentes, compartiendo café, y con la alegría de volvernos a encontrar tras el verano, disfrutando del ambiente de amistad que nos caracteriza. A continuación, compartimos un espacio de oración y trabajo centrado en el lema “Yendo al mundo entero, proclamad el Evangelio a toda criatura”. Este primer momento de oración, siempre con la presencia de Jesús Sacramentado, giró en torno a una motivación muy sugestiva: elegir el tipo de “calzado” (…o sin calzado) con que cada uno de nosotros pensaba ir al mundo entero.
Tras recibir la bendición de nuestro querido consiliario, comenzó la sesión de trabajo con una charla, espiritualmente profunda y práctica a la vez, sobre cómo vivir esa fermentación evangélica de los ambientes desde nuestro Movimiento. Posteriormente, trabajamos en grupos sobre el proyecto como Escuela para este próximo curso, prestando especial atención a cómo servir a la Diócesis en el ámbito parroquial, a través de las diferentes etapas de nuestro método: precursillo, cursillo y postcursillo. Todo ello, sin olvidar, por supuesto, que nuestra acción evangelizadora se basa en la amistad y que la fermentación de los ambientes comienza por nuestro “metro cuadrado”. Tras el trabajo, compartimos comida, café y tertulia, finalizando la convivencia del mejor modo posible: celebrando la Eucaristía y volviendo a nuestras familias, ambientes y quehaceres cotidianos con una renovada ilusión por los frutos que la Gracia nos dará a lo largo de este curso en nuestra Escuela y en todo el Movimiento de Cursillos de Cristiandad.
De colores!